viernes, 30 de noviembre de 2007




NUESTRA HERENCIA



Cuando el dios sol gritaba a la diosa luna, no era porque estuviera de mal genio; no, que va!
Simple y llanamente era porque se había tomado unas cuantas chichas y la diosa luna, no le tenía la comida caliéntica.

Bueno, de alguna manera es bueno reivindicar nuestra herencia ancestral, porque querámoslo o no, el dios licor siempre ha convivido entre nosotros para bien o para mal; es decir que el supuesto problema de alcoholismo no es de ahora ni mucho menos, es cuestión de genes muiscas y bien muiscas, que han navegado de generación en generación para que nadie lo pueda negar, pues aunque a la gran mayoría le de pena somos descendientes de aquellos que en noches de pura bohemia, traficaban desde la coca hasta a la misma mujer, quien era la que realmente trabajaba porque el hombre estaba en profunda meditación casi chamanica, llevado de la grandiosa chicha, revuelta con algo de coca y no me cave dudas que también se le enredaban unos cuantos hongos silvestres; para alcanzar, eso sí, un grandioso vuelo y pensar el futuro es decir, nuestro presente.

Presente al cual hemos llegado con muchas defensas, ya que para lograr una buena borrachera hace falta mucho más que unas cuantas chichas,


Yo diría que hacen falta unas cuantas vidas.




DE: “LA IRREFUTABLE NECESIDAD DE HABLAR MIERDA

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