
LA TRABA DEL COMPUTADOR O CANNABIS.
(historia de alguna noche de 2003, cuando Julio y Yo andábamos por el mundo sin hijas)
Este computador esta mas loco que Julio Cesar, durante alguna de sus oportunas “trabas”. Que bien, que este aparato y su locura, me acercara a los pocos conocidos marihuaneros, que defienden su derecho , no sólo a la miserableza de la dosis personal, sino a una “cultura”, que como Julio la explica , es su realidad, lo que conlleva discriminación y estigmatización.
No sé, como tener un acercamiento narrativo y descriptivo de Julio, pues la ultima vez que nos encontramos en medio de unas cuantas cervezas, una botella de aguardiente y creo que algo de vino. Por supuesto, la conversación que se debatía no era otra que el teatro, los mimos y me imagino que las putas artes plásticas, en fin…!
Ya en el clímax del rutinario licor, él con su desfachatez infantil que lo caracteriza, me pide que lo acompañe a ejercer el derecho que él tiene (trabarse), pero debe ser en un sitio que se pierda en la oscuridad de la noche. Para mi no fue extraño, y lo acompañe pues la diosa ebriedad me poseía…
No sé, después de cuantos minutos me di cuenta, que Julio ya no estaba con migo; que ya no hablaba con él.. sino con otro…
No sé cuantos minutos pasaron para enterarme de los fantasmas que guardo y que se aparecen disfrazados de derechos y diosas.
En fin, Julio voló y con él seguramente también los rostros de los fantasmas que vimos los dos, y que la complicidad guarda en mi recuerdo.
El otro día, me volví a encontrar a Julio, pero ese día, ya lo rodeaban miles de fantasmas diferentes y miles de orgías.
DE: “LA IRREFUTABLE NECESIDAD DE HABLAR MIERDA”(2003)
(historia de alguna noche de 2003, cuando Julio y Yo andábamos por el mundo sin hijas)
Este computador esta mas loco que Julio Cesar, durante alguna de sus oportunas “trabas”. Que bien, que este aparato y su locura, me acercara a los pocos conocidos marihuaneros, que defienden su derecho , no sólo a la miserableza de la dosis personal, sino a una “cultura”, que como Julio la explica , es su realidad, lo que conlleva discriminación y estigmatización.
No sé, como tener un acercamiento narrativo y descriptivo de Julio, pues la ultima vez que nos encontramos en medio de unas cuantas cervezas, una botella de aguardiente y creo que algo de vino. Por supuesto, la conversación que se debatía no era otra que el teatro, los mimos y me imagino que las putas artes plásticas, en fin…!
Ya en el clímax del rutinario licor, él con su desfachatez infantil que lo caracteriza, me pide que lo acompañe a ejercer el derecho que él tiene (trabarse), pero debe ser en un sitio que se pierda en la oscuridad de la noche. Para mi no fue extraño, y lo acompañe pues la diosa ebriedad me poseía…
No sé, después de cuantos minutos me di cuenta, que Julio ya no estaba con migo; que ya no hablaba con él.. sino con otro…
No sé cuantos minutos pasaron para enterarme de los fantasmas que guardo y que se aparecen disfrazados de derechos y diosas.
En fin, Julio voló y con él seguramente también los rostros de los fantasmas que vimos los dos, y que la complicidad guarda en mi recuerdo.
El otro día, me volví a encontrar a Julio, pero ese día, ya lo rodeaban miles de fantasmas diferentes y miles de orgías.
DE: “LA IRREFUTABLE NECESIDAD DE HABLAR MIERDA”(2003)
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